El consumo de alimentos hace que el cerebro libere endorfinas. Así lo afirma un estudio del Instituto de Investigación Turku Pet Centre, que escaneó los cerebros de 10 voluntarios usando tomografía por emisión de positrones (PET).

Para la realización del estudio, se pidió a los participantes a ayunar durante la noche y se les inyectó un compuesto radioactivo, que se une a los receptores de opioides en el cerebro. Usando los escáneres PET, los científicos midieron la radiactividad en los cerebros de los voluntarios después de que rompieran su ayuno para comer una pizza. Asimismo, las pruebas se repitieron después de que los voluntarios consumieran una comida líquida menos deliciosa, pero que contenía la misma cantidad de calorías que la pizza.

De esta manera, los investigadores encontraron que ambas comidas provocaron una liberación significativa de opioides endógenos o endorfinas en el cerebro. Sin embargo, sólo la pizza llevó a un notable aumento en la producción de sentimientos agradables.

Pese a que la bebida nutricional consiguió que el cerebro liberase más endorfinas, esta comida no producía sentimientos de disfrute. Lo que sugiere que la liberación de opioides en el cerebro asociada con la alimentación es un proceso independiente del placer relacionado con la comida.

Unos resultados que podrían ayudar a los científicos a comprender mejor los factores que predicen la adicción a la comida y los trastornos de la alimentación, así como a desarrollar nuevas estrategias para efectuar nuevos tratamientos.