Han pasado 10 años desde que se creó el emoji que ofrece a los usuarios de los smartphones la posibilidad de expresar emociones a través de un remolino de excrementos. Y, por supuesto, un hito como éste exige una celebración y qué mejor manera de conmemorar este momento que con una campaña de “auto-promoción” de mierda. Descrito por el propio artista, el fotógrafo con sede en Toronto, Justin Poulsen, ha recreado la caca de emoji de 50 maneras diferentes.

Poulsen trabajó con la agencia creativa canadiense Rethink para mostrar la materia fecal en forma de LEGO, cera de vela, puré de patatas e incluso una bola de discoteca.

Ésta es la segunda auto-promoción extravagante que Poulsen ha realizado con Rethink, ya que en 2015 se unieron para crear unidades de memoria USB separadas: unidades de memoria USB hechas a mano en forma de pulgar de Poulsen que luego se enviaban a clientes potenciales. 

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