Vivir en pareja puede ser una experiencia bastante positiva o muy negativa dependiendo de la compatibilidad de las costumbres de las dos personas que van a convivir juntas. Pero, independientemente de ello, siempre hay una serie de aspectos que nos pueden llegar a molestar un poco.
No son asuntos graves, pero sí pequeñas cosillas que, en combinación de otras, nos pueden llegar a hacer explotar. Si tú también vives en pareja, o has vivido, entenderás lo siguiente:
-Pérdida del morbo.
Pasar muchas horas juntas implica ver a la otra persona en todo tipo de situaciones. A la larga, ésto puede hacer que lentamente, se vaya perdiendo un poco el interés sexual que existía al principio.
-Picar cuando la otra persona no está.
Eso de ir a la nevera o al armario a picar un poco de aquello que encontremos, se acabó cuando hay otra persona que está con nosotros.
-Bajar la basura: momento crítico.
Si te has cambiado, puesto cómoda/o y sentado en el sofá, no apetece nada sacar la basura. Por lo que, esta tarea puede llegar a complicarse un poco.
-Espacio invadido.
Tú tienes tus cosas en un espacio, pero la otra persona va dejando sus posesiones por donde le viene bien. Así que, al final, ni tú encuentras tus propios objetos ni nada queda ordenado.
-Ropa que no está en el armario.
Si empezamos a dejar la ropa que nos quitamos fuera del armario en una silla, en el sofá o en la percha, al final acabaremos teniendo un montón de ropa por la casa, lo que nos eliminará una gran parte de nuestro hogar. Especialmente, si vivimos en una casa pequeña.