Los métodos anticonceptivos son aquellos que impiden o reducen en gran porcentaje las posibilidades de una fecundación en las relaciones sexuales. Son un instrumento fundamental en el control de la natalidad y por tanto, en la prevención de embarazos no deseados. En la actualidad hay una amplia variedad de métodos anticonceptivos como pueden ser el preservativo, el Diafragma anticonceptivo, el anillo vaginal, la píldora o los parches. La elección de uno de ellos dependerá entre otras cuestiones de factores como el número de parejas sexuales, el estado de salud, la frecuencia con la que se mantienen relaciones sexuales, los efectos secundarios, la eficacia, así como la comodidad de uso. Estas variables son totalmente personales y deben considerarse para tomar la decisión más adecuada puesto que cada uno de ellos tienen sus indicaciones y sus contraindicaciones.
Uno de los menos conocidos es el Diafragma anticonceptivo, un método de anticoncepción de barrera que disminuye la posibilidad de que el semen secretado penetre en el interior de la cavidad uterina. Un dispositivo que presenta forma de media esfera, reutilizable por una gran cantidad de tiempo, libre de hormonas, que puede ser de látex o de silicona y que se introduce en el fondo de la vagina con la finalidad de cubrir el cuello uterino. Este método no protege frente a la transmisión del VIH, ni frente a otras infecciones de transmisión sexual. Entre sus ventajas encontramos factores como el hecho de que sea un dispositivo discreto, que no interrumpe la relación sexual, que se pueden tener distintas eyaculaciones con la misma persona sin retirarlo y que no se percibe durante la práctica sexual, por lo que es cómodo para ambos miembros de la relación.
En cuanto a su uso se deben seguir los siguientes pasos. En primer lugar, el Diafragma anticonceptivo se debe colocar antes de mantener relaciones sexuales con un máximo de 2 horas de antelación. Antes de introducirlo, se tiene que aplicar gel anticonceptivo en la hendidura de la membrana, así como por los bordes del diafragma para que resulte más sencillo insertar este dispositivo en la vagina. En segundo lugar, debemos introducirlo sujetándolo con una mano y deslizándolo más allá de la porción vaginal del cérvix hasta el fondo del saco posterior. Estará correctamente colocado si cubre por completo el cuello uterino y se halla ubicado entre el fondo del saco vaginal posterior y el pubis. Asimismo, el cuello uterino tiene que palparse a través de la membrana de silicona. En caso contrario, es necesario retirarlo e introducirlo de nuevo.
Una vez finalizadas las relaciones sexuales, el Diafragma anticonceptivo debe permanecer al menos unas 6 horas en el interior de la vagina. No obstante, en ningún caso este dispositivo deberá permanecer en la vagina más de 24 horas seguidas porque podría favorecer el crecimiento de bacterias. Para ser retirado, hay que tirar de él hacia el exterior por la concavidad. Posteriormente, es necesario lavarlo con agua y jabón, secarlo con un paño seco y guardarlo en su recipiente. Respecto a sus contraindicaciones, no se puede utilizar antes de las primeras seis semanas después del parto, ni en caso de fuerte descenso del suelo pélvico.