La menstruación no es algo agradable para casi nadie. Mancha, duele y a cada persona le afecta de diferentes maneras. Si queremos evitar manchar nuestra ropa y aquellos sitios en los que nos sentemos o tumbemos, hay diferentes alternativas entre las que podemos elegir.
-Compresas y tampones. Son los más empleados, los más fáciles de encontrar y su precio varía en gran medida en función de la marca que compremos, pero normalmente las marcas blancas no suponen un excesivo gasto, al menos de forma mensual. Sin embargo, su desecho supone un gran impacto ambiental. Una mujer usa unos 11.400 tampones o compresas en su vida y éstos están compuestos por c materiales tanto naturales como sintéticos.
-La copa menstrual. Con un precio que oscila entre los 15 y los 30 euros, la copa es un sistema de silicona reutilizable, que se puede utilizar aproximadamente durante unas doce horas. Antes de ponérnosla, la tenemos que hervir en agua durante unos tres minutos y posteriormente, introducirla con las manos limpias. Se puede dormir con ella y dura años. Respecto a sus posibles inconvenientes, a algunas personas les puede resultar incómodo vaciar la sangre en espacios públicos o tener que limpiarla al terminar el ciclo.
-Ropa absorbente. Existen colecciones de ropa interior con capas absorbentes y antibacterianas pensados para tus días de menstruación. Hay diferentes modelos de bragas, se pueden lavar normalmente, las puedes llevar como una prenda normal y no producen un gran impacto ambiental. Su principal inconveniente es que pueden resultar un gran desembolso (cercano a los 100 euros) a la hora de adquirir varias de ellas. Algunos enlaces de estas marcas de ropa interior: cocoro y diary doll,
-Esponjas marinas. Opción similar a un tampón, pero que habría que cambiarlas cada tres o cuatro horas. Para ponérnosla, únicamente hay que mojarla, escurrilar y meterla como si se tratase de un tampón, Se limpian con facilidad, duran aproximadamente medio año y su coste económico es similar al de compresas y tampones.
-Compresas de tela. Alternativa muy antigua que empleaban nuestras abuelas y bisabuelas y que se lava con normalidad.
Por lo tanto, la mejor opción dependerá de las prioridades de cada persona y sus necesidades.