Pintor, músico, poeta y cineasta. La única palabra que puede definirlo por completo es el de artista. Aunque, es probable que su faceta como cantautor sea la más conocida. La razón está en que desde 1966, esta persona se ha ido forjando una discografía que consta de 32 discos.

Estamos hablando de Luis Eduardo Aute Gutiérrez-Rapide. Hijo de un barcelonés y nieto de andaluces por parte de padre y de filipinos de ascendencia española por parte de madre, Aute nació en Manila el 13 de septiembre de 1943. De niño, hablaba inglés en la escuela, español y catalán en casa y tagalo en la calle, una mezcla de culturas, que le marcará profundamente. 

A la edad de 8 años, Luis Eduardo viaja por primera vez a España y tres años más tarde, regresa de nuevo, pero ésta vez para quedarse. En Madrid estudia en el Colegio La Salle y a los 15 años su padre le regala su primera guitarra. Pero, no le interesa demasiado por aquel entonces, ya que sus dos pasiones son el cine y la pintura.

Aute desea por encima de todo ser pintor. Pese a ello, se matricula en Aparejadores, carrera que abandona para marcharse a París, donde vivirá un año escuchando a cantautores franceses como Brel, Brassens, Ferre, Aznavour, etc. Finalmente, de regreso a casa participa como ayudante de dirección en varias películas españolas e incluso en alguna película internacional rodada. Pero, entonces el servicio militar obligatorio  rompe esta incipiente trayectoria.

Posteriormente, parece que su carrera se enfoca hacia la pintura. Sin embargo, un hecho cambia su vida. En Madrid conoce a Massiel, que ya ha hecho sus primeras grabacione y Luis Eduardo se las muestra a Massiel y a su entorno. Es aquí donde surge el flechazo musical y la salida a su carrera.

Aunque Aute nunca ha dejado de experimentar, de trazar nuevos caminos artísticos y de crear. Por lo que, consideramos que no se lo homenajea como él se merece.

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