Muchas personas han sufrido físicamente las consecuencias de tomarse un par de copas de vino alguna vez en su vida. Pero, más allá de lo que puede ser frecuente, si una persona descubre que beber vino le produce dificultad para respira, o le causa una erupción, ésto podría deberse a presentar una sensibilidad especial a los sulfitos del vino.
Puesto que, hay dióxido de azufre en la mayoría de las botellas de vino, ya que se agrega para que la bebida se mantenga fresca y siga presentando el color que debería tener. Los sulfitos se utilizan como conservantes en las industrias farmacéutica y alimentaria. Pero, los estudios han demostrado que algunas personas pueden ser sensibles a ellos y por ello, pueden sufrir de síntomas respiratorios, dermatológicos o gastrointestinales.
Para estas personas, un vino bajo en sulfitos o sin sulfito puede ser la mejor opción posible.
En otras noticias relacionadas, tranquilos fans del Chardonnay, el emoji de vino blanco puede estar al caer.