Un grupo de investigadores estadounidenses han hallado que los ratones obesos tienen un 25% menos de papilas gustativas que los roedores sanos, según un estudio publicado el pasado martes en la revista “PLoS Biology”.
Estudios previos sugirieron que el aumento de peso podía reducir la sensibilidad al gusto y que este efecto podía ser revertido cuando el peso disminuía, pero hasta ahora no estaba claro de qué manera ocurría este fenómeno.
Para explorar los cambios en las papilas gustativas que se producen durante la obesidad, los autores del informe alimentaron a algunos ratones con una dieta normal con un 14% de grasa y a otro grupo con una dieta que contenía un 58% de grasa.
Tal y como era previsto, tras ocho semanas, los ratones que siguieron la dieta con más grasas pesaban más que los que recibieron la comida normal.
Pero, según los biólogos de la Universidad Cornell, en Nueva York, en Estados Unidos, las ratas obesas tenían un 25% menos de papilas gustativas que los roedores magros, sin cambios en el tamaño medio.
Según los investigadores, estos resultados podrían apuntar a nuevas estrategias terapéuticas para aliviar la disfunción del sabor en personas obesas.