Los nervios nos pueden jugar muchas malas pasadas. Hay ocasiones en las que por mucho que los tratemos de controlar, nos resulta un reto imposible y finalmente, acabamos tartamudeando, temblando o diciendo cosas sin sentido. Por lo que, no nos queda más remedio que aceptarlos e intentar superarlos poco a poco.

Aunque si queremos disimularlos, existen una serie de consejos para no parecer nervioso que quizás nos pueden ayudar en aquellas situaciones en las que nos sentimos inseguros o nos aterran.

En primer lugar, hay que tener en cuenta la postura corporal, ya que es un instrumento continuo de emisión de señales de nuestro de estado de ánimo. Por lo que, hay que intentar permanecer erguido, mirar a los ojos a las personas con las que nos encontramos, no realizar excesivos movimientos con el cuerpo y controlar la respiración.

Asimismo, la sonrisa es un elemento fundamental. Una sonrisa natural de vez en cuando es la mejor muestra de relajación y confianza. Sin olvidar el hecho de que es un factor que puede ayudar mucho también a las otras personas con las que estamos interactuando a conectar con nosotros y a generar empatía.

Por último, hay que intentar no hablar demasiado deprisa. Puesto que ello indicará que queremos terminar cuanto antes y que no estamos a gusto. Lo mejor es tener un ritmo constante y si vamos a hablar público podemos llevar con nosotros una botella de agua para usarla en aquellos momentos en los que no sabemos cómo continuar o nos estamos atascando.

Por último, la carcajada continua es una gran delatadora de nuestro estado de ánimo. Por lo que, es recomendable tratar de evitar ambas señales si queremos disimular nuestros nervios y parecer que estamos al menos un poco tranquilos.

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