Las personas a las que les encantan los alimentos picantes consumen menos sal y tienen una presión arterial más baja, lo que podría reducir su riesgo de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Así lo afirman los resultados del estudio Zhiming Zhu de Third Military Medical University en Chongqing, China.

De esta manera, se comprobó que cuando a las personas no les interesaba la comida picante, consumían un promedio de 13,4 g de sal por día. Pero, cuando a la gente le gustaba y consumían platos picantes, su ingesta de sal promedio era de 10.3 g por día.

Por lo que, la presión arterial sistólica fue de 8 mmHg más baja para las personas fanáticas de los alimentos picantes que para las personas con la tolerancia más baja a las especias. Asimismo, la presión arterial diastólic era 5 mmHg más baja para los amantes de las especias.

Una dieta alta en sal durante mucho tiempo se ha relacionado con mayores probabilidades de desarrollar presión arterial alta y enfermedades del corazón, así como con un mayor riesgo de sufrir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca.

Los investigadores utilizaron técnicas de imagen para observar las dos regiones del cerebro de los participantes, la ínsula y la corteza orbitofrontal, que se sabe que están involucradas en el sabor salado. De esta manera, descubrieron que las áreas estimuladas por la sal y la especia se superponían, y que la especia aumentaba aún más la actividad cerebral en las áreas activadas por la sal.