Los resultados de un nuevo estudio afirman que cuando las personas cuidan de un perro enfermo, se pueden observar en ellas patrones similares en términos de un mayor nivel de carga, mayor nivel de estrés y síntomas depresivos, al que padecen los cuidadores familiares.

Aunque no se trata de equiparar el cuidado de las mascotas con el del ser humano, lo que esta investigación nos está diciendo es que quizás deberíamos darle más importancia al hecho de cuidar de un animal.

De esta manera, los resultados del estudio determinaron que los sujetos del trabajo que cuidaban a los animales con enfermedades terminales puntuaron más alto en las escalas de depresión, ansiedad y menor bienestar, en comparación con los participantes con mascotas sanas.

Además, los dueños de mascotas enfermas también señalaron más detalles, describiendo los graves impactos negativos que estos cuidados tenían en sus finanzas, en su salud mental y física, estado social y laboral, así como relaciones.

Para la elaboración del estudio, se analizó a mujeres blancas adineradas con una edad promedio de 48 años. Pero, pese a que se trata de una muestra sesgada, los autores de la investigación aseguran que el siguiente paso no es replicar los resultados en un grupo más diverso, sino analizar las ramificaciones de la carga y el impacto en la mascota.