Contrastes, colores espeluznantes, diseños desgarbados y cortes de ropa que desconcertarían incluso a los profesionales con más experiencia y bagaje en el mundo de la moda.
Entonces, ¿estilo desastre? No, estos son algunos de los looks de alto diseño que se ven en las pasarelas de todo el mundo, desde Nueva York hasta París, Milán y Londres. Un cambio en la estética que ha dado lugar a la tendencia de la moda no convencional, que algunos incluso pueden considerar fea.
Pero la fealdad es subjetiva. Al igual que la belleza, de modo que la idea se nutre de elementos percibidos como la antítesis de la belleza: torpeza, exceso y embotamiento.

Aunque este adjetivo de fealdad no es algo nuevo, ya que en 2014, el diseñador belga Dries Van Noten fue citado diciendo en una entrevista de 2012 que “nada es tan aburrido como algo hermoso”. Como explicó Van Noten, él a menudo comienza una colección identificando los colores que no le gustan y poniéndolos en uso. Aparentemente esa es su forma de crear algo sorprendente.
Asimismo, Miuccia Prada afirmó hace 5 años que la “investigación de la fealdad es, para mí, más interesante que la idea burguesa de la belleza. ¿Y por qué? Porque feo es humano. Toca el lado malo y el sucio de la gente “.
Además, en la actualidad hay una necesidad de destacarse del resto de la gente debido a la simultaneidad de estilos que se pueden observar en las redes sociales. La gente simplemente ya no quiere que lo vean como “normal”, y todos van a los extremos para distinguirse en plataformas digitales como Instagram.
Poco a poco, esta moda diferente ha ido ganando popularidad entre los consumidores de diferentes mercados y no solo entre los expertos de la industria. Tanto las marcas de lujo como Prada o Marni, como las grandes multinacionales de moda más asequibles y muchos influyentes de las redes sociales han ido introduciendo poco a poco esta tendencia. Por lo que, es comprensible que el auge de la moda no convencional sea ahora más evidente que nunca.
