My Friend Cayla habla y responde de manera animada a las preguntas de los niños. Es decir, se trata de un juguete que cualquier progenitor compraría a sus hijos.
Sin embargo, hay una función más que esta muñeca puede hacer y que no es agradable: atraer a hackers y ladrones.
A principios de este año, la Agencia Federal de Redes de Alemania, oficina reguladora del país, calificó a Cayla como “un aparato de espionaje ilegal”. Por lo que, recomendó a los padres su destrucción.
A los minoristas se les dijo que podían vender la muñeca si desconectaban su capacidad de conectarse a internet, la característica que también permite atraer a los piratas informáticos.
Pero, no es un caso aislado. Puesto que son muchos los fabricantes los que están promoviendo juguetes con conexión a internet para mantener a los niños ocupados.
Todos estos artilugios se pueden conectar a Internet para interactuar. Pero, una vez que están conectados, están potencialmente expuestos a los piratas informáticos.