Despedir un año y comenzar el siguiente siempre se lleva mejor si tenemos nuevos retos e ilusiones por delante. Por ello, una buena manera de inaugurar el nuevo año por todo lo alto es haciendo una recopilación de propósitos que nos motiven y animen a hacer cosas nuevas. Si todavía no te has planteado ninguno, a continuación te ofrecemos una serie de propósitos clásicos y modernos aptos para personas de todo tipo de edades y personalidades.
- Ponerse en forma. Quizás el propósito más clásico que todos los años se repite pero que pocas personas que se lo proponen consiguen hacerlo realidad. Más allá de apuntarse a un gimnasio, puede ser aconsejable buscar un deporte o una actividad deportiva que nos apasione y que nos ayude a conocer a gente nueva, así como llevar una alimentación completa y equilibrada. Una vez que ya estemos centrados y trabajando en conseguir nuestro objetivo, una buena idea puede ser acudir a expertos en suplementos deportivos Zaragoza que nos puedan asesorar de forma personalizada, adaptándose a nuestro nivel.
- Leer más. Se acabo la excusa de no tengo tiempo, si quieres siempre puedes sacar algún ratito para la lectura en tu tiempo de ocio. Te puedes motivar haciendo una lista de libros que te gustaría leer y fusionar en dicha lista, tanto lecturas clásicas como otras más recientes y hasta bestsellers. Además, no es necesario que te gastes dinero en ello, siempre puedes optar por las clásicas bibliotecas o ahorrarte dinero buscando libros de segunda mano en tiendas especializadas.
- Cuidarse más. Sí, a veces las personas estamos muy centradas en cuidar a la gente de nuestro alrededor que nos necesita y nos olvidamos de cuidarnos a nosotras. Puedes reservar unos minutos de cada día para cuidarte la piel u otros aspectos del cuerpo. Asimismo, también puedes programar autocitas para llevar a cabo actividades que te apasionen. Entre ellas, pueden encontrarse: ir al cine, comer tu comida favorita, ir a una sesión de masaje, realizar un viaje a un sitio que te encante, etc.
- Realizar voluntariado. Las personas que hacen voluntariado siempre recalcan lo felices que se sienten al ayudar a otras. Además, no es necesario irse muy lejos, en todas las ciudades hay asociaciones y fundaciones solidarias que necesitan manos para llevar a cabo sus actividades.
- Cuidar una planta o cultivar un huerto. En función del espacio, del nivel de experiencia y del tiempo libre del que dispongas, puedes proponerte cuidar una planta (una tarea que ya es todo un reto para muchas personas) o aventurarte a tener tu propio mini huerto. Los resultados pueden ser muy satisfactorios.
- Escribir. Una actividad que puede ser muy terapéutica al contribuir a expresar nuestros sentimientos y emociones, así como una herramienta clave para impulsar nuestra creatividad. Puedes empezar con un diario o incluso arriesgarte a escribir pequeños relatos, lo importante es mantener el hábito.
- Pintar. De la misma forma que escribir puede ser una actividad terapéutica, dibujar y pintar también lo pueden ser. No es necesario tener una gran destreza, tan solo dejar volar la imaginación.