Desde colecciones de ropa, hasta decoración para el hogar o líneas vintage, en las instalaciones Pop-Up se puede encontrar multitud de productos y cada vez son más los espacios de este tipo que abren en grandes ciudades como Londres. Según informa Independent, la industria emergente en Reino Unido tiene un coste de alrededor de 2,3 billones de libras. 

En este artículo detallan que el auge de la ventana emergente o Pop-UP es una muestra de la nueva tendencia del comercio minorista, en la que las marcas buscan relacionarse con sus características demográficas en un nivel mucho más íntimo y cercano a sus compradores. Asimismo, la exclusividad también es un aspecto fundamental, ya que los clientes son capaces de trasladarse hasta un espacio determinado para adquirir una colección única o experimentar una experiencia que no se repetirá. Por último, en esta época en la que impera el postureo en las redes sociales, estos espacios son un fondo perfecto en el que capturar imágenes que compartir en cuentas de Instagram.

Habrá que esperar un poco más de tiempo para conocer si esta tendencia se consolida o, si por el contrario, se mantiene estancada o comienza su debacle. 

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