Imagínate que en todas partes donde mirases incluso en la oscuridad, vieras el mundo como si todo el mundo fuera un televisor analógico sintonizado. Para las personas con una misteriosa afección llamada “nieve visual”, esa es la frustrante y agónica realidad cotidiana: movimiento interminable, a menudo acompañada de manchas flotantes, destellos brillantes, rastros de luz y otros fenómenos visuales que dificultan ver o concentrarse.

Sin embargo, no hay nada de malo en los ojos de los pacientes. Sus resonancias magnéticas siempre son claras, por lo que su condición ha sido descartada como una consecuencia del consumo de drogas alucinógenas o de migrañas muy fuertes.

No obstante, en los últimos años, ha habido algún progreso. En 2014, los investigadores del King’s College de Londres llegaron a la conclusión de que la nieve visual era un trastorno distinto, que parece estar relacionado con una disfunción del giro lingual, la parte del cerebro que procesa la visión.

Pero, eso es todo a lo que ha llegado la investigación y ni siquiera está claro cuántas personas la tienen. No hay cura, ni ningún tratamiento que ayude a aliviar los síntomas y muchos doctores nunca han oído hablar de eso. Por lo que, es fundamental darle un poco de visibilidad a esta enfermedad, para que se siga investigando.