Si se te ha quedado duro el pan y no quieres tirarlo, hay un truco que te puede resultar muy útil.
Según Housekeeping, basta con coger el pan duro, pasarlo por un grifo o sumergirlo en agua, y posteriormente, ponerlo en el horno a una temperatura de 200 ºC.
De esta manera, el pan se rehidratará y estará listo para comer.
Aunque, es importante señalar que ésto solo funcionará con un pan sin cortar y que solo funcionará una vez.
Ah, y si observas algún tipo de moho, no dudes en tirar el pan.