Los botines son un tipo de calzado clásico que no suelen faltar en el zapatero de ninguna mujer. Los podemos encontrar con diferentes diseños, materiales (aunque predomina el cuero), tonos, sistemas de cierre y tacones. No obstante, a pesar de la gran variedad de modelos que existen en el mercado, todos los botines tienen en común que tan solo llegan a cubrir unos dedos por encima del tobillo.
A lo largo de la historia, esta pieza de calzado ha ido evolucionando, pasando por etapas muy distintas, hasta llegar a la actualidad.
La evolución de la bota
Mientras que en la Edad Media, se usaban botas altas de cuero buscando la durabilidad y la resistencia, durante el Renacimiento ya se utilizaban como toda una expresión de estilo. Por lo que se podían encontrar botas decoradas con cuidados bordados o con productos de pasamanería.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando empezaron a surgir los primeros diseños de botas femeninas. Modelos que se caracterizaban por el empleo de la caña baja, botones o lazos. La Reina Victoria contribuyó en gran medida a la popularización de este calzado con la conocida como ‘Bota de Balmoral’ que cubría el tobillo y contaba con una suela bastante gruesa. Poco a poco, además del cuero se fueron utilizando otros materiales como la tafeta y la seda.
A principios del siglo XX predominó el uso de las botas de trabajo frente a las botas de recreo o de paseo hasta la llegada la década los 50. Por un lado, en los 60, la bota vivió una época de esplendor y gran protagonismo en el mundo de la moda convirtiéndose de nuevo en una expresión de estilo llegando a verse por las calles modelos con estampados psicodélicos. Por otra parte, en los 80 se recuperó la bota vaquera elaborada artesanalmente que había permanecido abandonada. Finalmente, en las últimas décadas podemos encontrar gran variedad de botas y botines de todos los estilos y materiales. Pese a ello, predominan los modelos clásicos de cuero.
La importancia de los modelos clásicos
A la hora de invertir en calzado, es recomendable adquirir un modelo de botín clásico, de buena calidad y que resulte muy cómodo de llevar porque su larga durabilidad y la atemporalidad de su diseño merecen la pena.
Entre los modelos clásicos destacan los modelos en tonos de marrón chocolate o negro de caña elástica, tacón bajo y doble hebilla que puedes encontrar en multitud de plataformas y espacios comerciales. Aunque también podemos encontrar variantes con la punta redondeada y el tacón cuadrado que aportan un toque fresco sin perder la elegancia.
Ideas para combinarlos
Los botines son un tipo de calzado que se puede llevar durante prácticamente todo el año con diferentes estilismos. Desde el clásico look con vaqueros o pantalones de pinzas, hasta con vestidos y faldas otorgándole un toque más rompedor. Ahora bien, para que aún resulte más fácil su combinación, es preferible optar por modelos de tonos oscuros, sin grandes ornamentaciones.