La pasada jornada, Gucci nos ofreció uno de los mejores desfiles que se han podido vivir en la industria de la moda reciente. Espectáculo, moda, arte y revolución en tan solo unos minutos.
Empezando por el atrezzo que fue diseñado para simular una sala de quirófano, con paredes recubiertas de PVC pintadas de azul, camas quirúrgicas reales e iluminación de operación.
Siguiendo con los accesorios, que lejos de ser objetos comunes como bolsos, mochilas o pendientes, eran pequeños dragones y réplicas de las cabezas de las modelos que desfilaban. Eso sí, con algún detalle añadido como cuernos o un tercer ojo.
Asimismo, los estereotipos de los roles de género fueron desafiados. Puesto que, los estilos más asociados al rol masculino se usaron con grandes pendientes, maquillaje o pequeños pantalones cortos de seda.
Respecto a la moda, destacaron las prendas transparentes, las zapatillas “feas” y el logotipo de los Yankees de Nueva York de formas muy diferentes. Además, también sobresalieron las capuchas, gorras y sombreros, así como pañuelos usados de múltiples maneras.