Los objetos que utilizamos de forma cotidiana se pueden convertir en productos de alta costura. Así nos lo han demostrado firmas como Balenciaga o Moschino, mediante la reinterpretación de productos tan cotidianos como lo pueden ser una bolsa de Ikea o una aspiradora.

Una corriente a la que ahora se suma la firma francesa de moda Céline a través del lanzamiento de una serie de bolsas de plástico, que nos pueden recordar a las que cogemos en el supermercado para comprar frutas o verduras.

Sin embargo, su precio no se parece a estas bolsas, ya que tienen un coste de unos 500 euros.

Las pudimos ver durante la presentación de su colección de primavera, en un espectáculo que nos recordó mucho a la década de los 80 debido a las grandes hombreras y piezas extravagantes utilizadas.

Pero, además de ser caro, este accesorio es bastante exclusivo, ya que solo está disponible en una tienda emergente temporal situada en el centro de Seattle, que estará disponible hasta el 29 de mayo.