La mayoría de los métodos de depilación son dolorosos y no tenemos por qué sufrirlos sino queremos, ya que nadie nos tiene que obligar a ello. Pero, si tú estás interesado/a en hacerte la depilación, hay un método que quizás podría interesarte y que es poco conocido.

El proceso consiste en el empleo del azúcar. Más precisamente, utilizar una mezcla de azúcar derretido, limón y agua caliente para extraer el cabello directamente de raíz.

A diferencia de la depilación con cera, la fórmula a base de azúcar no necesita ser calentada, y no hay doble inmersión.

Además, no hay riesgo de sufrir cicatrices o posibles quemaduras, porque la pasta de azúcar no se puede adherir a las células de la piel.

Por lo que, cuando se saca el azúcar de la piel, se elimina el cabello en su dirección natural, obteniéndose resultados duraderos y reduciendo el riesgo de sufrir pelos encarnados.