El hueso del aguacate no es que sea precisamente un amigo para los amantes de esta fruta. Es duro, pesa y hace que nuestra compra aumente de precio al incrementarse su masa.

Pero, con el objetivo de resolver este problema, la ciencia ha trabajado para crear el aguacate sin hueso. El resultado: una fruta irreconocible. Su tamaño es mucho menor que el promedio, y encima se puede comer su piel.

Por lo que claro, tal es su exclusividad, que solo esta disponible durante el mes de diciembre. Es entonces, cuando esta fruta, cultivada en España, se envía a un mercado de comida en París para ser comprada por grandes chefs de restaurantes parisinos.


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Lo que sí desconocemos es su precio, que se intuye que no es muy económico. Pero, ¿quién sabe? Quizás se convierta en tendencia en tan solo unos años.